jueves, 16 de febrero de 2017

Las Bendiciones del Matrimonio

Recientemente he estado estudiando un poco más sobre el matrimonio y sus efectos en la vida de las personas y me he encontrado con cosas que ya me habían dicho, pero que ahora he podido vivir en mi propia experiencia. Entre ellas está el que podemos gozar de paz, tranquilidad y felicidad si nos esforzamos por hacer del matrimonio la base firme y fuerte sobre la cual una familia se pueda formar de manera saludable, estable y feliz.

Hace algunos años leí en una Liahona sobre el matrimonio en el templo y allí se describía una lista de bendiciones o alegrías que encontramos dentro del matrimonio.

Hoy quiero compartir esa lista y añadir mis comentarios sobre nuestra propia experiencia en estos 6 años que hemos estado casados.




Confianza y apoyo


Cuando te casas, cuentas con alguien que te apoye y te aliente para que hagas lo correcto, que te eleve cada día y que comparta todas tus dichas y penas.

Esto ha sido particularmente importante para mí en nuestro matrimonio. Cuando he cometido errores, he tenido el apoyo paciente de mi esposo para corregirlos y ayudarme a mejorar. Yo también he podido hacer esto por él ;) y ha sido una fuente muy buena de poder y motivación para mejorar esos aspectos en los que somos débiles. Un compañero de vida nos ayuda a perfeccionarnos constantemente.

Hijos

El que te confíen el cuidado y la custodia de los hijos del Padre Celestial trae gran dicha.

En estos seis años hemos pasado de ser dos a ser cinco en casa. Nuestros hijos son nuestra más preciada y valiosa bendición, y hemos tenido que aprender juntos a ser padre y madre. Esas experiencias que hemos compartido, los errores, los aciertos, las tristezas y las alegrías, en la crianza y en la educación de nuestros hijos, han fortalecido nuestra relación y nos han mostrado otras partes de nuestra personalidad que no conocíamos, que hemos aprendido a amar y que también hemos tenido que mejorar. No somos padres perfectos y nos falta mucho para lograr llegar a ser perfectos, pero ha sido muy enriquecedor ver cómo vamos aprendiendo a conocer y entender más a nuestros Padres Celestiales al poder compartir esa maravillosa experiencia de gestar, tener y criar a nuestros hijitos, los hijos de Dios.

Compartir

Es una bendición muy grande el formar parte de la vida de otra persona y, algún día, también de la de los hijos. Los éxitos tuyos y de tu cónyuge se convierten en éxitos de la familia. El crear recuerdos juntos le da un sentido más profundo a la vida.

Son muchas las experiencias que hemos compartido ya. El trabajo, los paseos, las graduaciones, los llamamientos, las celebraciones, las salidas y las llegadas, en fin, todo lo que hemos vivido juntos y los recuerdos que tenemos es lo que ha ido tejiendo y forjando a nuestra familia. Mirar hacia atrás y ver lo que hemos superado y logrado a pesar de las dificultades me llena de agradecimiento y me motiva a que podemos lograr muchas más cosas juntos.

Consejos

Un cónyuge te puede dar consejos buenos y francos, consejos en los que puedes confiar porque sabes que provienen de alguien que sólo quiere lo mejor para ti.

Estos consejos han sido muy importantes para mí. Sé que vienen de una persona que me ama, que confía en mí y que sabe que puedo mejorar y me ayuda en el proceso. La revelación divina a veces se recibe por medio de nuestro cónyuge, ¡soy testigo de eso!

Fortaleza

Dos personas son más fuertes que una. Pueden fortalecerse y ayudarse la una a la otra a vivir el Evangelio más plenamente.

Creo firmemente en esta afirmación porque así ha sido en mi matrimonio. Es más fácil vivir el Evangelio de Jesucristo con un compañero al lado. Nos apoyamos en momentos en los que sentimos tentación a flaquear y podemos compartir experiencias espirituales juntos, lo cual fortalece a toda la familia. Ir al templo juntos es algo de grandísimo valor.

Risas

Cuando se conocen muy bien y realmente confían el uno en el otro, disfrutan de la vida con risas y buen humor.

Esta es una de mis bendiciones favoritas porque sin duda nos hemos reído mucho; hemos disfrutado buenos momentos y nos esforzamos por mantener el buen humor en los momentos difíciles.

Amor

El que cada día te digan que te quieren es magníficamente renovador y refrescante.

Los "te amo", "me haces falta", "te extraño", "ya casi nos vemos" son recurrentes y nos hacen sonreír. El amor que se comparte en la rutina del día a día y sobretodo el amor que se expresa luego de una discusión, un desacuerdo o un malentendido, es el más significativo, porque demuestra que nos seguimos amando aunque a veces no sea fácil hacerlo.

Servicio

Existe gran gozo en prestarse servicio mutuamente, especialmente si se sirve a la persona que uno ama.

Este servicio es el que hace parte tanto de los días comunes y corrientes como de los momentos de enfermedad y de incapacidad. Agradezco a mi esposo por estar pendiente de mí, por cultivar un espíritu de servicio en nuestros hijos (aunque ahora en su corta edad a veces es difícil, pero ahí vamos...) y por ayudarme siempre aunque no se lo pida :D.

Amistad

Tienes a alguien a tu lado en los buenos tiempos y en los malos.

Siempre lo he dicho, estoy casada con mi mejor amigo y esa es mi gran bendición. Poder tener nuestras charlas, nuestras salidas, nuestros momentos juntos como amigos, como novios o como esposos, o todo junto en una sola oportunidad es poder tener muchas bendiciones en una sola persona; un ángel para todos los días.

Confianza

Es reconfortante saber que estás con alguien que siempre quiere lo mejor para ti y en quien puedes confiar sin temor.

Creo que no hay otra persona sobre la tierra en quien confíe más que en mi esposo. Es quien mejor me conoce, quien sabe cómo soy y a qué atenerse conmigo. Sé que no me haría ningún tipo de daño y sé que puedo confiar en sus sentimientos, en su criterio y en su disposición a querer lo mejor para mí siempre.

Intimidad física y emocional

El matrimonio es una relación única en la que el Señor une a dos personas en una relación eterna cuyas metas incluyen ser uno, estar juntos y experimentar gozo.

Concuerdo con esta afirmación también. El matrimonio es una relación única, la más completa, la más satisfactoria, a veces la más difícil por los retos que representa, pero también la más gloriosa, por todas las bendiciones que incluye, porque tiene el carácter de llegar a ser una relación eterna, por las alegrías que se viven en ella y porque realmente con el tiempo, dos personas logran convertirse en una sola.

En conclusión, soy feliz al estar casada, soy feliz por tener a Carlos como mi esposo y compartir mi vida con él y nuestros hijos y soy feliz al trabajar en nuestro matrimonio porque sé que lo que estamos sembrando ahora algún día lograremos cosecharlo en el dulce fruto de una familia eterna.

Alejandra

Quiero conocer sus comentarios, ¿qué alegrías les ha traído su matrimonio? :D