martes, 19 de febrero de 2013

Regresa con Honor

El martes pasado (12 de febrero de 2013) tuvimos la oportunidad de estar en el apartamiento de Gabriel. Fue una experiencia muy especial.

Carlos conoce a Gabriel desde la misión, ya que él y su compañero lo bautizaron. Yo apenas lo conozco hace poco más de un año. Tuve la gran oportunidad de darle clases en el Instituto el año pasado y debo recalcar que era uno de los estudiantes más juiciosos: siempre estudiaba la clase y siempre hacía preguntas muy interesantes en clase.

Gabriel estuvo estudiando su carrera profesional en Popayán, hasta que la termino con éxito. El 2012 fue un año de muchos cambios, aprendizaje, retos y desafíos para él. Tal vez el más importante fue el tomar la decisión de irse a la misión.

Fue muy especial para Carlos y para mi el ver el proceso de Gabriel, el ayudarle a resolver sus dudas, el darle palabras de aliento para que tomara la mejor decisión a pesar de la adversidad y al mismo tiempo, ver en nosotros como familia cómo crecía nuestro testimonio y nuestra seguridad de estar en la Iglesia verdadera.

El servicio misional es una de las cosas que se resalta en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (más info AQUÍ). He visto en mi familia servir como misioneros a mi esposo, mis papás, mis hermanos, mis tíos, y sé que es una oportunidad única de recibir las más grandes bendiciones del Señor. La misión de regla no es para nada fácil; está llena de sacrificios, dificultades y a veces es necesario desarrollar más paciencia de la esperada, pero también es un tiempo de servicio, consagración, espiritualidad máxima, y sobre todo, GRAN felicidad.

El poder ver que Gabriel pudo tomar finalmente la decisión de irse fue una gran alegría para nosotros. Los obstáculos empezaron a aparecer en el camino, pero aún así se superaron y el tan esperado martes llegó. Fue en la capilla de Alhambra, a eso de las 7:30 p.m. La noche estaba fría porque acababa de llover. Los consejeros de la estaca entraron con los dos jóvenes que iban a ser apartados esa noche. Gabriel me saludó y me dijo en voz baja que estaba nervioso, que no sabía por qué estaba así. Yo le dije que tal vez era porque ahora empezaba a dar pasos en la oscuridad; iba a estar en un lugar que no conocía, con personas que nunca había visto y a hacer cosas que antes no hacía. Él me dijo que probablemente era eso, porque estaba acostumbrado a tener todo planeado siempre y ahora no sabía qué iba a pasar. Le dije entonces que ahora había llegado el momento de confiar 100% en el Señor, como lo hacen los misioneros.


Izq . Der : Alejandra, Elder Quintana, Rubén Santiago, Carlos, Jorge Trujillo (Presidente  Misión Colombia Cali  2002-2005)
El consejero de la estaca los apartó. Las bendiciones que se pronunciaron fueron hermosas y sagradas. El ahora Élder Quintana tenía su turno para compartir su testimonio. Durante su intervención mencionó que había aprendido algo importante, una doctrina básica que nos acerca más a Nuestro Padre Celestial: que somos Sus Hijos, que tenemos una naturaleza divina y que por tanto Él desea que nos comuniquemos con Él por medio de la oración. Este privilegio que tenemos que orar a Nuestro Padre Eterno es algo que debemos atesorar y practicar tanto como podamos. El Élder Quintana nos dijo que había obtenido su testimonio así, orando a su Padre Celestial, sabiendo que Él no solo lo escuchaba sino que le contestaría, porque es su Padre y él es Su hijo.

Por otro lado, algo curioso de esa noche cuando apartaron a Gabriel, fue la llegada de Jorge Trujillo, quien sirvió como presidente de misión en el tiempo en que Carlos lo hizo, de hecho fue una maravillosa oportunidad de ver como el trabajo de un presidente de misión, de un misionero de regla, y un converso continuaba con la línea de predicar el evangelio. La cadena también continuaba con un libro que el misionero que bautizó a Carlos le había regalado, "Jesús el Cristo", el cual perteneció a Renzo Oscanoa, acompañó a Carlos en la misión y ahora lo hará con el Élder Quintana.

Son muchas las experiencias que se pueden lograr durante estos dos años, sin embargo la mayor de todas es tener el privilegio de ser apartado por quien tiene la autoridad y representar a Jesucristo por este tiempo. Ahora tenemos en casa a Rubén Santiago; él también tendrá su tiempo y estaremos COMPLACIDOS de verlo partir y llegar. Sin duda en su crecimiento tendremos experiencias que ayudarán a prepararlo para que haga lo mismo que hizo Jorge Trujillo, Carlos y ahora el Élder Quintana, y es obedecer esa voz: "Predicad mi Evangelio" y Regresar con Honor.

Alejandra y Carlos 


miércoles, 13 de febrero de 2013

"Las Tres Gracias"

Se agradece la belleza
que puso su luz en las noches sombrías,
cuando la memoria -acorralada por crímenes ilustres-
no encontraba el reposo,
condición de nuevas hazañas.

Se agradece la inteligencia
que comprendió sin sobresaltos el punto de vista contrario;
el proceso de la agonía;
el humor repentino y absurdo;
la importancia de lo simple y lo ordinario;
la necesidad del silencio, de la no acción;
la preeminencia del aquí y del ahora.

Se agradece la bondad 
que abrió los brazos después del fallido asalto;
en la calamidad del naufragio;
o la soledad del alma perdida.
Creédme, de las gracias concedidas,
fue ésta la mayor.

Autor: Clemente Riedemann

¿Por qué El Libro Rojo?

Todo tiene una razón de ser, y este Libro resulta tener un origen particular.

Carlos y yo hemos estado de acuerdo al dejar a manera de prólogo (tanto en este blog como en el Libro mismo) una explicación del por qué pusimos este título, de dónde viene y cuál es su finalidad.

Luego de vernos en Girón (Santander, Colombia) la noche del sábado 18 de julio de 2009, llegué al hotel pensando en las muchas cosas que habían pasado esa noche: las conversaciones, la visita, el helado y todo lo que ya venía pasando desde junio, cuando nos conocimos y empezamos a entablar una amistad. Probablemente al estar pensando en todas esas cosas, esa noche tuve un sueño (del cual, por cierto, aún me acuerdo y eso es muy raro en mí) en el que vi a Carlos y él me entregaba un libro rojo, que estaba cerrado pero al verlo se le notaba que tenía cosas adentro, no solo letras, sino que era como un libro de recuerdos.

En alguna oportunidad le comenté a Carlos el sueño que había tenido (y si no estoy mal, creo que se lo conté al día siguiente, luego de la charla en la capilla) y a él le pareció curioso pero no dijimos mucho más sobre el tema.

En mi primera visita a Bucaramanga luego de que Carlos y yo nos hiciéramos novios, el lunes 12 de octubre (día en que regresaba a Bogotá) habíamos ido a almorzar cerca a la Mesa de los Santos. Esa tarde Carlos me entregó un regalo envuelto en papel color morado. Al recibirlo supuse lo que sería al ver su forma, pero realmente me sorprendí cuando vi al abrirlo, que era muy parecido al de mi sueño. La más grande diferencia era que el que tenía en mis manos estaba completamente vacío.

Fue en ese momento que decidimos que usaríamos el  Libro Rojo como un libro de recuerdos que llenaríamos durante el transcurso de nuestro noviazgo, a manera de registro de todo lo que hicimos, compartimos y aprendimos. Ya que la distancia no nos permitiría llenarlo juntos, decidimos que cada vez que nos viéramos lo entregaríamos para que cada uno tuviera la oportunidad de llenarlo e ir registrando lo que sucedía.

Al día de hoy, 13 de febrero de 2013, el Libro Rojo tiene registrado no solamente nuestro noviazgo, sino nuestro compromiso (12 de febrero de 2010), nuestro matrimonio y sellamiento en el Templo de Bogotá (7 de diciembre de 2010) y el nacimiento de nuestro primer hijo. En mi sueño no pude ver todo lo que sucedería, pero es hermoso ver con el correr del tiempo que ahora la realidad es mucho mejor que lo que vi esa noche cuando dormía.

Muchas cosas hemos registrado en el Libro Rojo, el cual existe como un documento físico, pero ahora también hemos querido hacer este Libro Rojo virtual, como una extensión del original, donde podamos compartir experiencias y pensamientos sobre nuestra vida, nuestras creencias y nuestras opiniones, como legado y registro para nuestros hijos, familiares, amigos y también para aquellas personas que aún no conocemos.



Esperamos que puedan disfrutar las cosas que compartimos, y ojalá esas publicaciones puedan ser de ayuda para ustedes, como lo han sido para nosotros. Nos encantará ver sus comentarios para nosotros.

Alejandra