martes, 12 de marzo de 2013

Senderos hacia la perfección

Durante todo el 2012 tuvimos la maravillosa oportunidad de estudiar en cada noche de hogar(*) los discursos del Presidente Thomas S. Monson, publicados en su libro titulado "Senderos hacia la perfección."

El libro está dividido en 4 secciones o "senderos", que son: la fe, el servicio, el amor y la oración. Realmente no podría describir en una sola publicación del blog todo lo que pudimos aprender de esos discursos. Mientras los estudiamos, esos discursos se convirtieron en respuestas a nuestras oraciones, palabras de aliento y ánimo, revelación e inspiración para nuestra familia y para nuestros amigos (en algunos casos), material de consulta y fuente de espiritualidad continua.

Personalmente, siento una profunda admiración por el Presidente Monson. Por medio de esos discursos conocimos más sobre su vida, sus experiencias, su forma de ser y sobre todo, su testimonio. Me atrevo a decir que es un hombre de Dios. Su ejemplo y enseñanzas vienen directamente del Señor y han fortalecido mi vida, mi matrimonio y mi familia. Me siento agradecida por poder aprender de él y por saber que es el profeta autorizado por el Señor para presidir su Iglesia sobre la tierra.

Un discurso en particular causó un profundo impacto en mí, tiene como título "Sólo un maestro". En él, el Presidente Monson explica la importancia de este llamamiento, tanto en la Iglesia, como en la comunidad, pero resalta particularmente la labor que tenemos como maestros en nuestro propio hogar.

En este discurso se cita un poema de autor desconocido y titulado "I Took a Piece of Plastic Clay" ("Tomé un poco de arcilla" - traducción libre) que pude compartir en un discurso el año pasado y que realmente me puso a meditar sobre mi papel como madre y por tanto, maestra:

Un poco de arcilla tomé cierto día
y le di forma, sin saber bien qué hacía;
mientras mis manos la oprimían, 
a mi voluntad, sumisa, cedía.

A mi pieza de arcilla regresé al tiempo,
y éste la volvió firme cual cemento.
Mi voluntad impresa retenía,
¡inmutable era la forma de ese fragmento!

Arcilla viviente tomé cierto día,
y la moldeé día a día, cual pieza de alfarería;
le di forma, con destreza y maestría, 
al corazón de un niño, que dócil obedecía.

Años después regresé nuevamente; 
fue un hombre lo que hallé aquel día.
Aún tenía la forma recibida años atrás,
mas de cambiarla ya no fui capaz.


Cito del mismo discurso, las palabras del Presiente Monson:
El tiempo valioso para enseñar es fugaz; las oportunidades son efímeras. El progenitor que posponga el cumplimiento de su responsabilidad como maestro podría, en los años venideros, tener una amarga comprensión de la frase de Whittier: "De todas las palabras tristes, expresadas con la lengua o la pluma, son éstas las más tristes: 'Podría haber sido' ".

Y continúo con las del presidente David O. McKay:
"La instrucción apropiada de los niños es la obligación más sagrada del hombre... [un niño viene] del Padre puro y  [dulce]. [Son] criaturas que no están contaminadas por las impurezas del mundo, ni contrariadas por su injusticia, ni fatigadas por sus placeres vanos; son seres recién llegados de la fuente de luz y con algo de Su resplandor universal en ellas - si la infancia es eso, cuán sagrado es el deber de velar porque en su progreso no sea ninguna otra cosa."

Realmente no es solo un gran privilegio sino una enorme responsabilidad el traer, cuidar y criar a los Hijos de Dios aquí sobre la tierra. Pienso en la gran bendición que nos ha dado el Señor de tener a RS con nosotros; esa arcilla fresca que ya hemos empezado a moldear y por la cual el Señor en un futuro también nos llamará a rendirle cuentas. Mi mayor ruego es que Carlos y yo podamos contar con la guía del Espíritu para poder moldear a nuestro hijo (y los que vendrán) de la manera como el Señor lo haría. No es fácil porque ni nuestra familia ni nosotros mismos somos perfectos, pero considero que cuando tenemos la disposición y el deseo sincero de obedecer los mandamientos y hacer nuestro mejor esfuerzo, el Padre Celestial guía nuestros pasos por esos "senderos hacia la perfección", nos ayuda a tomar las decisiones correctas y pone en nuestra boca y nuestra mente las palabras adecuadas para que como padres y madres demos ese buen ejemplo a nuestros hijos que nos permitirá criarlos de la manera correcta y nos llevará a lograr esa meta que es la más grande, la más elevada y la más bella de todas: llegar a ser una familia eterna.

Alejandra

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(*) ¿Qué es y cómo se hace una Noche de Hogar? Más información AQUÍ.

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"No seamos indecisos como Alicia, en el cuento clásico de Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas. Recordarán que ella se encuentra ante un cruce de caminos con dos senderos por delante, cada uno en direcciones opuestas. Ahí se encuentra con el gato Cheshire, al que le pregunta: “¿Qué camino debo tomar?”.

El gato contesta: “Depende mucho del punto adonde quieras ir. Si no sabes adónde quieres ir, no importa qué camino sigas”.

A diferencia de Alicia, todos nosotros sabemos a dónde queremos ir, y sí importa el camino que tomemos, ya que al seleccionar nuestro sendero, escogemos nuestro destino."

Thomas S. Monson


Photograph by Carl David Granback, Your Shot
Fuente: 
http://travel.nationalgeographic.com/wallpaper/travel/photo-of-the-week-2011/bolivia-bike-landscape-travel-picture/

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me encantó el poema .. que cierto NUESTROS HIJOS son arcilla en nuestras manos.. que enorme responsabilidad!!!

Unknown dijo...

donde puedo conseguir el libro senderos a la perfeccion?????????

Familia Gómez Torres dijo...

Hola Jessica, esos libros los dan a los empleados de la Iglesia, entonces no sé si estarán disponibles para todos. Tal vez si entras a store.lds.org encuentres alguna opción.

Jhonny Rivera dijo...

Yo lo tengo me lo consiguió un hermano eso sí los discursos algunos son de conferencias generales otros son dados en otras reuniones yo lo tengo y es una hermosura se aprende mucho con el Pdte Monson