El día de ayer se anunciaron ciertos ajustes al Manual de Instrucciones no. 1, los cuales serán efectivos inmediatamente, y que tratan el tema de los hijos adoptados o naturales de padres que viven en una relación del mismo sexo, sea que estos padres estén casados o convivan en unión libre.
Debo confesar que me sorprende ver que algunos miembros activos de la Iglesia se alarmaron, asustaron o indignaron con lo que dicen estos ajustes, y la verdad es que respeto sus reacciones, pero considero que hay que tratar de ampliar la perspectiva un poco más antes de emitir juicios contra los profetas y apóstoles del Señor, quienes fueron los que hicieron los ajustes mencionados al Manual de Instrucciones, con la aprobación del Señor mismo.
Cuando nos bautizamos en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, hacemos una serie de convenios o compromisos que determinan nuestro deseo (voluntario, sin presiones ni coerciones, es una decisión que cada uno puede tomar o no) de seguir a nuestro Padre Celestial y Jesucristo. Como bien lo sabemos por las Escrituras, el Señor nos habla por medio de sus profetas:
Amós 3:7
Porque no hará nada Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus siervos los profetas.
D y C 1: 38
Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo.
Y tendiendo esto cuenta, entendemos entonces que cuando entramos a la Iglesia, si estamos de acuerdo con lo que dicen las Escrituras, lo que dice o revela el Señor por medio de Sus profetas para toda Su Iglesia es lo que el Señor mismo nos diría si estuviera cara a cara, frente a nosotros. El único autorizado para recibir revelación para toda la Iglesia es el presidente de la Iglesia, quien en este caso es el Pdte Thomas S. Monson (cito este artículo por si acaso).
Creo que hasta aquí todos estamos de acuerdo. Por esto, cuando se anuncia un ajuste, una adición o modificación al Manual de Instrucciones de la Iglesia, el cual, como su nombre lo indica, tiene por objetivo dar instrucciones de cómo se deben administrar los asuntos de la Iglesia, de acuerdo con lo que el Señor mismo ha determinado.
Cito del Manual no. 2 :
"Manual 1: Presidentes de estaca y obispos. En este manual se detallan las responsabilidades generales de los presidentes de estaca y los obispos, y proporciona información detallada sobre normas y procedimientos."
"Actualizaciones y suplementos de las instrucciones
De vez en cuando, la información de estos manuales se actualizará o suplementará por medio de cartas, avisos u otra comunicación de la Primera Presidencia, del Quórum de los Doce Apóstoles y del Obispado Presidente. Cuando esto ocurra, los líderes deben anotar los cambios en sus ejemplares de los manuales. Los líderes deben conservar juntos los manuales y estos materiales suplementarios.
Preguntas sobre las instrucciones
Los líderes que tengan preguntas en cuanto a la información de los manuales o asuntos que no se mencionen en ellos deben dirigirlas a la autoridad inmediata que los presida."
Las modificaciones que fueron anunciadas el día de ayer aún no han llegado en un comunicado oficial a los líderes locales, pero cuando lo hagan, según lo descrito arriba, ya sabemos qué harán con ellas: añadirlas o anotarlas al Manual no. 1, en este caso, y ponerlas en práctica de inmediato.
Ahora, después de esta breve explicación administrativa, entremos en materia. ¿Qué dicen los ajustes y en qué nos afectan a los líderes y miembros de la Iglesia? Vamos paso por paso.
El Manual 1 incluye ahora el estar en un matrimonio del mismo sexo en la definición de la apostasía (ver sección 6.7.3 Manual 1) y lo nombra como una circunstancia que requiere la convocatoria de un consejo disciplinario. El manual también aclara que la ordenanza de nombrar y bendecir a un niño no se puede realizar para los niños que viven con un padre en una relación del mismo sexo.
La nueva sección del manual aparece bajo el título "Hijos de un padre que vive en una relación del mismo género." (sería una sección nueva en el capítulo 16 del Manual 1, la sección 16.13), y afirma que "un hijo natural o adoptado de un padre viviendo en una relación del mismo sexo, si la pareja está casada o en unión libre, no puede recibir un nombre y una bendición."
Aunque los niños no se consideran oficialmente miembros de la Iglesia SUD hasta que se bautizan a los 8 años, la bendición de un niño crea un número de registro dentro de los archivos de la Iglesia. Los niños no son considerados responsables o lo suficientemente maduros como para recibir el bautismo hasta la edad de 8 años.
La adición al manual también afirma que "un hijo natural o adoptado de un padre que vive en una relación del mismo sexo, si la pareja está casada o en unión libre," sólo puede ser bautizado, confirmado, ordenado al sacerdocio o recomendado para servir en una misión de tiempo completo con la aprobación de la Oficina de la Primera Presidencia. Un presidente de misión o de estaca puede solicitar la aprobación y determinar que: "el niño (o el joven) acepta y se compromete a vivir las enseñanzas y la doctrina de la iglesia, y específicamente desaprueba la práctica del matrimonio y la convivencia entre personas del mismo sexo"; y "el joven es mayor de edad y no vive con un padre que ha vivido o vive en una relación de convivencia o matrimonio del mismo sexo en ese momento."
Esas son las adiciones que se harán al Manual y que nos compete conocer a todos para entender de una forma aún más clara, la posición oficial de la Iglesia en tiempos donde, en la práctica, empezaremos a ver a más familias que tendrán padres en relaciones de convivencia o en matrimonios con personas del mismo sexo y a sus hijos, sean naturales o adoptados.
Ahora, en mi opinión personal, celebro el hecho de que estas aclaraciones se hayan incluido en el Manual de instrucciones, porque quitan dudas a líderes y miembros en cuanto a cómo proceder en estos asuntos eclesiásticos y administrativos (registros, etc), y también despejan dudas a quienes no son miembros de la Iglesia, en cuanto a la posición invariable de la doctrina del matrimonio y la familia dentro de nuestra congregación religiosa.
Me parece completamente lógico y hasta diría que muy saludable, que la Iglesia no interfiera con la enseñanza, el ejemplo y las prácticas que se viven en un hogar donde hay padres que viven en una relación del mismo sexo y sus hijos. Considero que es incompatible que padres que practican y apoyan el matrimonio homosexual quieran llevar a sus hijos a una Iglesia que no apoya esta práctica dentro de sus doctrinas más básicas.
Pienso que efectivamente, el niño que hace parte de una de estas familias, cuando ya sea mayor de edad y haya pasado por su proceso de maduración y aprendizaje suficiente podrá tomar una decisión consciente en cuanto a la religión y podrá escoger si seguir las enseñanzas de sus padres o las de Jesucristo. Me parece que sería más una carga que una bendición el llegar a los 8 años, bautizarse en la Iglesia SUD y tomar sobre sí responsabilidades que irían en contra de las creencias y prácticas de las personas a quienes ese niño o niña más ama: sus padres. En cierta forma lo veo como una manera de proteger y cuidar a los niños de dar cuentas de algo que sobrepasa su entendimiento y capacidad. Insisto, es mi opinión muy personal.
Al final de todo, no he visto que en ningún lugar se prohiba la entrada, la participación activa y el servicio que estas familias de padres en relaciones homosexuales y sus hijos puedan brindar a la Iglesia y sus miembros. No lo veo como una marginación ni una restricción, simplemente como una manera de aclarar la importancia de los convenios que se hacen y la gran responsabilidad de cumplirlos. Todos son bienvenidos a conocer el Evangelio, a participar de las actividades y usar los recursos que se extienden a todas las personas, pero cuando se toma la decisión de tomar sobre sí convenios sagrados con el Señor, las cosas toman una dimensión eterna, que va mucho más allá de considerar la Iglesia como un club, un lugar para tener amigos, sentirnos bien o prestar servicio a los demás. El Élder Christofferson en la última conferencia general habló de este tema.
Ahora, sé que hay casos de casos. Sé que tal vez algunos líderes locales de la Iglesia (sí, seres humanos comunes y corrientes como lo somos todos y cada uno de nosotros) pueden no haber tomado las decisiones más sensatas en el pasado y sus acciones pueden haber afectado negativamente a las personas, en cuanto a su opinión sobre la Iglesia y su organización, el concepto del amor del Señor, o muchos otros temas, pero recordemos que los seres humanos aún NO somos perfectos, sin embargo, el Señor sí lo es y ha establecido Su Iglesia con un orden perfecto. Hay que saber diferenciar y distinguir las dos cosas.
Finalmente quiero manifestar mi creencia de que el Señor Jesucristo es el único fundamento seguro en quien confío y en quien quiero poner mi vida y la de mi familia. Los tiempos siguen cambiando rápidamente, así como las opiniones, las doctrinas y los paradigmas del mundo. Sin embargo, de manera personal he tomado la decisión de seguirlo a Él, considero que es el camino correcto. Todos y todas tenemos derecho a escoger libremente lo que queremos y no queremos hacer durante toda nuestra existencia, es nuestro derecho más básico, es universal y se nos dio a todos: el derecho a elegir. Decidamos bien desde el principio y seremos felices siempre. Si cometemos algún error, podemos corregir el rumbo, arrepentirnos y continuar el camino. De eso se trata el Evangelio de Jesucristo.
Gracias por leer!
Alejandra
PD: Les invito a dejar sus comentarios y opiniones!
Añadimos hoy, 13 de noviembre de 2015, la carta de la Primera Presidencia con respecto a los ajustes al Manual 1. Los comentarios que ellos hacen a estos cambios ayudan a entender un poco más sobre el por qué de los ajustes y lo que se espera de los líderes del Sacerdocio. El documento oficial lo pueden leer aquí.
Añadimos hoy, 13 de noviembre de 2015, la carta de la Primera Presidencia con respecto a los ajustes al Manual 1. Los comentarios que ellos hacen a estos cambios ayudan a entender un poco más sobre el por qué de los ajustes y lo que se espera de los líderes del Sacerdocio. El documento oficial lo pueden leer aquí.
*ADVERTENCIA: Las opiniones arriba expuestas representan únicamente mis pensamientos y consideraciones y NO se pueden tomar como una declaración o posición oficial expresada por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días. Gracias :) *
10 comentarios:
Muchas gracias por la información, hace que el criterio que debemos defender y seguir apoyando es el de la familia, una proclamación para el mundo. no existió, existe o existirá un mejor manual para llevar una familia exitosamente.
Muy bueno no hay como una madre que lucha en su vientre a un hospital jo y un padre responsable para criarlo
vale, yo tengo una duda, el niño que quiera estar en la iglesia y ser bautizado no puede vivir con padres del mismo sexo? o si puede pero no les aprueba sus decisiones?
Andres, hasta donde tengo entendido, antes de la mayoría de edad, los menores de edad deben recibir autorización de sus padres para bautizarse, en donde se compromete a los padres a apoyar al jovencito a vivir de acuerdo a las normas del evangelio, ahora es poco probable que los padres del mismo sexo esten de acuerdo con el evangelio de Jesucristo ya que no lo practican...
La posición de la iglesia es clara. Aunque en otros casos se acomoda a las leyes (como el Sacerdocio a los de raza negra, por nombrar solo uno y esa discusión ya tuvo su momento) Pero surge hoy un dilema a partir de esta adicción al Manual de Instrucciones. Entonces surgen planteamientos como: (pensando en un niño) creer que no se puede recibir bendiciones por el hecho de nacer (o vivir) en un hogar homosexual y restringirle las bendiciones que vienen al obtener una bendición al nacer, un bautismo, confirmación o servir en una misión? La respuesta pareciera ser: Aléjese de sus padres (porque viven de forma contraria a la ley) y acérquese al evangelio cuando ni siquiera tiene otra opción y solo hasta cuando es mayor de edad (no dependiente económico) puede hacerlo. Igual el amor que un hijo profesa a sus padres (sin distinción) predomina desde la infancia, lo cual asegura un alto porcentaje de niños que no desearían tener a sus padres lejos si desea unirse a los mormones. Acabo de plantear solo un dilema... existen muchos!!!!! (Ver en inglés los comentarios en la prensa local de Utah, se sorprenderán lo que dicen los mismos mormones). Y un par de videos de líderes SUD.
Según la declaración oficial NO. Lo cual crea una brecha grande entre profesar el evangelio de Jesucristo o vivir con sus padres, solo una de las dos opciones. No quisiera estar en el lugar de un adolescente que quiera ser miembro y le digan NO puede bautizarse, porque ama a sus padres y quiere estar con ellos.
Agradecemos a todos sus comentarios y participación en este tema.
Dado que estas publicaciones que voy a citar fueron posteriores a la publicación de esta entrada del blog, me parece apropiado nombrarlas para ampliar el contexto que traté de exponer arriba y que casualmente coincide con la posición oficial de la Iglesia en la entrevista al Elder Christofferson.
Video de la entrevista:
https://www.youtube.com/watch?v=iEEMyc6aZms
Transcripción de la entrevista, por si quieren leerla con más calma o traducirla al español, ya que por ahora no hay una traducción oficial:
http://www.mormonnewsroom.org/article/handbook-changes-same-sex-marriages-elder-christofferson
Efectivamente, en el Manual 1 se hace referencia a las normas eclesiásticas que se aplican los hijos de padres en matrimonio plural, tal como lo explica el Elder Christofferson en la entrevista y resultan ser las mismas condiciones que ahora se añaden para los hijos de padres en una relación del mismo sexo.
Pienso que tal vez muchos miembros de la Iglesia ignoran que estas normas ya existían desde hace muchas generaciones y ahora que se escriben específicamente para despejar las dudas o aclarar el modo de proceder en cuanto a hijos de padres con parejas del mismo sexo, causa una reacción de sorpresa, indignación o hasta rebeldía en contra de los profetas. La verdad no entiendo por qué pasa esto en los miembros de la Iglesia, siendo que el Señor no va a cambiar la norma, y Sus siervos han sido llamados a revelarnos la voluntad del Señor en cada una de las épocas o dispensaciones y a defender la verdad.
Por último, les invito a leer este post de una hermana que es miembro de la Iglesia y narra su experiencia al ser hija de madres lesbianas:
http://www.mormonwomenstand.com/guest-stand/i-am-the-daughter-of-lesbians-and-i-am-a-mormon/
Gracias por leer y comentar!
Alejandra
El caso de esta hermana puede mostrarte cómo sería esa situación:
http://www.mormonwomenstand.com/guest-stand/i-am-the-daughter-of-lesbians-and-i-am-a-mormon/
También recomendamos leer este post en el blog Fair Mormon ya que añade otras consideraciones a lo escrito arriba, como los efectos sociales, políticos y hasta mediáticos de los ajustes al Manual 1:
http://blog.fairmormon.org/2015/11/06/a-look-at-the-churchs-new-policy-on-children-of-gay-couples/
Estoy de acuerdo con la posición de la Iglesia, ya que se pretende ser consecuente en el modo de vivir y la fe que se profesa, esto es, que vivir en el seno de una familia homosexual (por ende aprobar dicha situación tácitamente) no es compatible con vivir el Evangelio. Sin embargo, y muy a mi pesar como miembro de la Iglesia, suena en mis oídos la suave voz del Salvador que pregona "Dejad que los niños vengan a mi", por lo cual, espero que YO ESTE EQUIVOCADO y no sea este susurro el grito apenado del Espíritu Santo.
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