TENERLO TODO SIN TENER HIJOS
Having it all without having children
(articulo de la revista TIME)
Este artículo de la revista TIME fue publicado el 12 de
agosto de 2013 y fue portada de esa edición:
Pase a leer no por completo el artículo, porque hay que ser
suscriptor para poder hacerlo, leí lo que la revista permite y fue
suficiente. Varias preguntas surgieron, inquietudes también, y saber entender las posiciones de las parejas que toman este tipo de decisiones es para lo mí lo más
difícil del tema, pero ¿Por qué?
Dos asuntos:
Primero, la preocupación que tienen los EE.UU. es que si esto
sigue así, dentro de 20 años habrá menos gente en la población y esto genera menos consumo y menos impuestos. Terrible esa preocupación.
Segundo, si un par de enamorados hombre y mujer (debo ser
claro en esto de hombre y mujer, por todo lo que ahora el tema de matrimonio
tiene) deciden casarse y no tienen hijos entonces ¿para qué lo hace?
Mi experiencia de casado ha sido maravillosa. Planeamos con
Ale el matrimonio durante casi 10 meses y todo ha sido un éxito, pasamos una
luna de miel espectacular en Cancún, México y fuimos bendecidos con muchos
regalos en la boda, unas fotos muy lindas con personas muy especiales y el
doble de lindas, después de casarnos teníamos muy claro que no pasaría un año
sin que ella ya estuviera esperando el primer bebé. El 7 de diciembre de 2011, cuando
celebrábamos nuestro primer aniversario, fui esa tarde a reclamar la prueba de
embarazo y el resultado fue POSITIVO. Ese día los ojos se me llenaron de lágrimas, le envié
una copia del examen a mi mamá a Bucaramanga y esa noche celebramos en un rico
restaurante nuestro primer año de casados y la llegada en 9 meses de nuestro
primer bebe. Esa misma noche los suegros y cuñados recibieron la noticia de que serían
abuelos y tíos de una forma particular (después tal vez escribamos una entrada
al blog como hemos dado a conocer las excelentes noticias).
Nueve meses después llego Rubén Santiago. Para mí, la primera
vez que lo tuve en los brazos fue sentir uno de los sentimientos más sublimes
que tanto hombres como mujeres pueden experimentar. El tener la capacidad de
ser como los Dioses, tener ese maravilloso poder de crear vidas, es una bendición
maravillosa y un privilegio único, y digo único porque sé que hay muchas
personas que son cercanas a nosotros que no puede tener este privilegio por
alguna razón, pero todos los que conozco tienen el mismo sentimiento de que si
pudieran lo harían. Pero ¿qué pasa con las personas que pueden y no quieren?
Aunque sé que esa es una decisión netamente personal y
privada de cada pareja, mientras escribía me acordé de una Liahona del 2005
que habla de tema y dice las cosas que quiero decir y claro, mucho mejor de lo
que yo podría expresarlo:
Multiplicad
y henchid la tierra
“El primer mandamiento que Dios les dio
a Adán y a Eva tenía que ver con el potencial que, como esposo y esposa, tenían
de ser padres. Declaramos que el mandamiento que Dios dio a sus hijos de
multiplicarse y henchir la tierra permanece inalterable” 1 .
Se valora cada vez menos a los hijos
El presidente James E. Faust, Segundo Consejero de la Primera Presidencia,
habló de un “cambio de actitud acerca del propósito del matrimonio. Más y más
jóvenes consideran el matrimonio como ‘una relación de pareja que tiene por
objeto satisfacer las necesidades emocionales de los adultos, en vez de ser una
institución para la crianza de los hijos’…
“Otro desafío perturbador para la familia es que a los hijos se los valora
menos. En muchas partes del mundo, la gente tiene menos hijos; y probablemente
el aborto sea la señal más clara de que las parejas no desean hijos. Se calcula
que una cuarta parte de todos los embarazos que se gestan en el mundo terminan
en abortos inducidos” 2 .
Una práctica devastadora
El aborto es una espada de dos filos: no sólo insta al egoísmo y al uso
promiscuo de los poderes de la procreación, sino que esta práctica generalizada
a menudo dificulta más la adopción por parte de los matrimonios que no pueden
tener hijos propios.
En 1991 la Primera Presidencia publicó una amplia declaración en cuanto al
aborto. Aunque reconocieron que hay ciertos “casos raros en que se puede
justificar el aborto inducido”, recalcaron que “esos casos no son motivos para
realizar el aborto automáticamente” y aconsejaron “a las personas de todas
partes que se apartaran de la práctica devastadora del aborto por conveniencia
personal o social” 3 .
Traer hijos al mundo ciertamente no es fácil; en la mayoría de los casos
ocasiona dolor físico seguido de gran sacrificio y abnegación. Pero las
bendiciones que se reciben al guardar el mandamiento de Dios de criar hijos son
de las más dulces que Él ofrece. De hecho, en muchas formas, el ser padres nos
permite probar por anticipado lo que es ser un dios.
La maternidad fuera de los lazos del
matrimonio
Por más importante que sea el mandamiento de multiplicar y henchir la
tierra, el Señor ha dicho claramente que debemos demostrar nuestra obediencia a
ese mandamiento únicamente dentro de la relación matrimonial. Existen
cuantiosas razones para esa restricción, pero dos de las más importantes son:
desalentar la promiscuidad sexual y proporcionar un entorno familiar estable y
saludable para los hijos.
En la mayoría de las sociedades, tradicionalmente se ha considerado como
una vergüenza y un escándalo tener hijos fuera de los lazos del matrimonio;
pero en el mundo de hoy, en el que a lo malo dicen bueno y a lo bueno malo
(véase Isaías 5:20), el estigma de dar a luz hijos fuera del matrimonio se ha
desvanecido casi por completo. Esa práctica no sólo es un pecado a los ojos de
Dios, sino que los investigadores científicos han descubierto que el nacimiento
de un hijo fuera del matrimonio está ligado a varios riesgos para el bebé. Por
ejemplo, comparados con los niños nacidos dentro del lazo matrimonial, los que
nacen fuera del matrimonio tienen más probabilidades de morir del síndrome de
muerte infantil súbita, de morir debido a una herida o de, con el tiempo,
llegar a ser delincuentes juveniles.
Los hijos que nacen fuera de los lazos del matrimonio y son dados en
adopción corren una suerte mucho mejor que los que no son adoptados.
Experimentan menos problemas de aprendizaje, logran niveles vocacionales más
altos y tienen menos probabilidades de depender económicamente del gobierno
cuando llegan a ser adultos 4 . Es obvio que traer hijos al mundo y criarlos a la manera del Señor da
como resultado bendiciones espirituales y temporales.
Henchir la tierra
Después que el Señor mandó a Adán y a Eva “fructificad y multiplicaos”, les
mandó “llenad la tierra y sojuzgadla” (Génesis 1:28). Durante muchos años hemos
escuchado advertencias acerca de la superpoblación y de los efectos tan
devastadores que ésta puede causar. Aunque en algunas partes del mundo se
experimenta el impacto negativo de una extrema densidad de población, el mundo
en general en realidad se dirige en dirección contraria. De hecho, las
investigaciones científicas indican que para el año 2040, la población mundial
alcanzará su punto máximo y comenzará a declinar 5 .
Quizá el tema más relevante no sea la densidad de la población sino cómo
utilizamos los recursos que nos ha dado Dios para mantener a la población tanto
en la actualidad como en el futuro. “Porque la tierra está llena”, dijo Él, “y
hay suficiente y de sobra… si alguno toma de la abundancia que he creado, y no
reparte su porción a los pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi
evangelio, en el infierno alzará los ojos con los malvados, estando en
tormento” (D. y C. 104:17–18). “El enemigo de la felicidad humana, así como la
causa de la pobreza y de la hambruna, no es el nacimiento de hijos”, dijo el
élder Henry B. Eyring, del Quórum de los Doce Apóstoles,
“sino el que las personas no hagan con la tierra lo que Dios podría enseñarles
si tan sólo preguntaran y después obedecieran” 6 .
Notas
“La familia: Una proclamación para el mundo”, Liahona, octubre de 2004, pág. 49.
“Los desafíos con los que se enfrenta la familia”, Reunión mundial de capacitación de líderes, 10 de
enero de 2004, pág. 2; citando a David Popenoe y Barbara Dafoe Whitehead,
“Marriage and Children: Coming Together Again?” (“Los matrimonios y los hijos: ¿Juntos otra vez?”) en The State of Our Unions 2003: The Social Health of Marriage in
America, National Marriage Project (annual report, 2003), págs.
10–11.
Véase “Church Issues Statement on Abortion”, Ensign, marzo de 1991, pág. 78.
Véase en Internet, www.heritage.org/research/features/familydatabase/
results.cfm?key=463.
Véase Nicholas Eberstadt, “The Problem Isn’t
Overpopulation and the Future May Be Depopulation”, Marriage and Families, abril de 2000, págs. 9–10.
“La familia”, Liahona, octubre de 1998, pág.
17.
Copié el articulo literalmente, lo encuentran
aquí
COMENTARIOS FINALES PERSONALES:
- He visto la reacción de muchas personas en el último
año cuando les comparto que nos gustaría tener 4 hijos, todos ponen la misma
cara de asombro.
- Cuando las personas hablan de tener hijos,
algunos comentarios coinciden en lo siguiente: “cuando yo tenga hijos, lo haré cuando pueda darles todo lo que ellos quieren” y me quedo pensando en ¿Qué es
todo lo que ellos quieren? Ten primero a los hijos, los conoces, los crías y después
sí sabrás ellos qué quieren. Tal vez no quieran toda la fortuna que están pensando
en darles.
- Muchas parejas que conozco prefieren tener un
perro o un gato o un pájaro o una mascota virtual que tener un hijo, pero sí están
dispuestos a ir con sus animales a un parque a la hora que sea y en sus manos
una bolsa plástica. Eso no lo entiendo.
- También he notado que cada vez más la gente se
acostumbra a estar sin compromisos familiares mayores, piensan que con su
pareja es más que suficiente.
- También he oído que este mundo es terrible para
traer hijos. No conozco ningún otro mundo y además tanto en los tiempos
antiguos como futuros la cosa será peor que el presente de cada persona. Hay que
ser ¿valiente? No lo creo.
- "Primero termino mi carrera, mi maestría, mi
doctorado, soy un CEO y luego si tengo hijos", cuando lleguen a ser un CEO tal
vez ya dejaron de ser fértiles.
- La juventud y un cuerpo vigoroso ayudará a que
la experiencia de un parto sea gratificante.
- "Si tengo muchos hijos mi cuerpo será como el de
una ballena", piensan algunas mujeres. Primero, las ballenas son hermosas,
segundo, si deciden tener muchos o pocos el resultado tal vez sea el mismo; si
te aman o amas por su figura física, deberían aprender a amar las estrías y los
gorditos. Y tercero, las ballenas están en vía de extinción.
- La experiencia de tener hijos es la misma que
tuvo Dios, pero en lugar de crear una tierra, creas un cuarto, con una cuna,
con ropa, no serán animales vivos pero si serán de peluche, los protegerás del frío no con pieles de animales, pero si con el calor de tu corazón y brazos.
- Ver la cara de Rubén Santiago recién levantado estirándome
los brazos para que lo saque de la cuna que como “Dioses” creamos con Ale no
tiene forma de explicar lo que se siente. No me imagino a finales de Abril
cuando nazca nuestro segundo bebé.
Gracias por leer y espero que puedan también compartir sus
experiencias o expectativas familiares futuras.
Carlos