Durante mis últimos meses como presidenta de la Primaria en mi barrio, estuvimos tratando este tema con mis consejeras y habíamos planeado el poder hablar sobre la reverencia en una charla para padres. Ahora ya no soy la presidenta, pero me siento agradecida porque las hermanas de la Primaria me invitaron a compartir las ideas que habíamos pensado. No quiero que piensen que somos la familia más reverente del mundo en la capilla, de hecho, hay muchas cosas que estamos en el proceso de mejorar, y por el contrario, creo que soy muy beneficiada al poder buscar información sobre el tema y aprender más, para saber cómo ayudar no solo a RS (quien con 19 meses y medio está en su momento más activo y va en aumento...) y a su hermano que viene en camino sino también a Carlos y a mi, porque definitivamente la reverencia es un asunto familiar. Quiero por tanto compartir algunas ideas y citas que recopilé para la charla de padres, la cual se llevará a cabo este domingo 23 de marzo (en Alejandría, 04:00 pm, invitados por supuesto! ;D).
LA REVERENCIA EN LA FAMILIA - 10 IDEAS
Primero que todo, ¿qué es exactamente la reverencia? ¿qué incluye? ¿por qué debemos ser reverentes?
En la sección "Temas del Evangelio" de LDS.ORG dice lo siguiente:
La reverencia es una actitud de profundo respeto y amor. Una conducta reverente hacia Dios incluye honrarlo, expresarle gratitud y obedecer Sus mandamientos.
Y resumí las otras características de la reverencia en este dibujo:
Como lo dice la canción de la Primaria:
La reverencia es amor
La reverencia es más que estar quietos;
es recordar al Señor, ver las bendiciones del Padre en los cielos;
es un sentimiento de amor.
Cuando soy reverente, en mis actos se ve,
mis palabras expresan bondad. Cuando soy reverente,
yo sé que Jesús y el padre muy cerca están.
Si logramos salir de la típica definición de que la reverencia es estar sentado, quieto y callado vemos que a todos nos hace falta comprender un poco mejor qué es ser realmente reverente: es una virtud que debemos cultivar y desarrollar y que no solo se aplica a los domingos en las reuniones de la Iglesia, sino a prácticamente todo en nuestra vida. Es una actitud, un sentimiento, no solo un comportamiento.
También hay otro concepto errado que debemos corregir. La reverencia no se aprende y no solo se debería enseñar en la Iglesia. Como esposos y padres, tenemos la responsabilidad de enseñar y practicar la reverencia desde el interior de nuestro propio hogar. No podemos esperar a que las maestras de la Primaria, las líderes de MyHJ, las maestras visitantes, los maestros orientadores o hasta el obispo, traten de enseñar a nuestros hijos sobre la reverencia. ¡Esa es nuestra responsabilidad como padres! Soy testigo de que los líderes y maestros de la Iglesia son de gran ayuda en este proceso, pero sobre sus hombros no está la responsabilidad de hacerlo.
Bueno, hay varias cosas que podemos y que deberíamos estar haciendo:
1. La Noche de Hogar
No hay mejor momento que éste para poder enseñar a los niños a orar, a cantar himnos, a escuchar y compartir mensajes del Evangelio, a visualizar las historias de los profetas en las Escrituras, a amar el Evangelio y a practicarlo. Una recomendación que se nos ha dado siempre, y que nunca sobra.
Todos los dibujos de este post son tomados de: http://susanfitchdesign.blogspot.com // DIVINOS! |
2. Oración Familiar, en Pareja e individual.
Para reflexionar: ¿Con cuánta frecuencia llevamos a cabo la oración familiar?
Hace unos años, el presidente Kimball entrevistó al obispo Stanley Smoot y le preguntó:**El discurso completo de la cita de arriba, está aquí. (NOTA: por favor leerlo completo cuando puedan, es absolutamente GENIAL.)**
—¿Cuán a menudo tienen la oración familiar?
Y la respuesta fue:
—Tratamos de orar dos veces al día, pero en general lo hacemos una vez.
El presidente Kimball entonces replicó:
—Antes era suficiente que la familia orara junta una vez al día, pero no lo será en el futuro si deseamos salvarla.
Me pregunto si en lo futuro tener la noche de hogar de vez en cuando será suficiente para fortalecer moralmente a nuestros hijos. Tampoco será suficiente en el futuro el estudio esporádico de las Escrituras para que los hijos se defiendan de la decadencia moral que los rodea. ¿Dónde van los hijos a aprender sobre castidad, integridad, honestidad y decencia si no es en el hogar? Por supuesto que la Iglesia reforzará estos valores, pero la enseñanza de los padres es más constante.
3. Estudio de las Escrituras.
Al igual que la sugerencia anterior, debemos lograr que sea un hábito individual y familiar y si queremos estudiar como pareja de esposos, aún mejor. No debemos sacar excusas para no leer, debemos sacar el tiempo para hacerlo y punto.
4. Ambiente espiritual en el hogar - Hacer del hogar un lugar de devoción.
4. Ambiente espiritual en el hogar - Hacer del hogar un lugar de devoción.
El élder Boyd K. Packer ha dicho: “El llevar al hogar algunos ideales celestiales es una forma de asegurarse de que los miembros de la familia participen activamente en la Iglesia. Por supuesto, la noche de hogar está como hecha a la medida para eso, ya que se puede organizar para atender a las necesidades particulares de todos; y se puede considerar también una reunión de la Iglesia, lo mismo que las que se realizan en la capilla”.
Este consejo concuerda con el del élder Dean L. Larsen, cuando nos dijo: “Sería prudente recalcar que los edificios de nuestra Iglesia no son el único lugar donde podemos adorar. Nuestros hogares deberían ser también lugares de devoción. ¡Qué bueno sería que todos los días pudiéramos ‘ir a la iglesia de nuestro hogar’! No debería haber ningún otro sitio en donde el Espíritu del Señor fuera mejor recibido y fuera más accesible que en nuestro hogar”.
Al esforzarnos por tratar de lograr eso en nuestro hogar, pensemos en estas significativas palabras del presidente Harold B. Lee: “Recuerden que la parte más importante de la obra del Señor que podamos realizar será la obra que efectuemos dentro de las paredes de nuestro propio hogar”.
**El discurso completo de la cita de arriba, está aquí. (NOTA: por favor leerlo completo cuando puedan, no se lo pueden perder.)**
5. El hogar debe ser un lugar donde se sienta paz, felicidad y amor.
Si no llegamos a sentir paz, felicidad, amor, tranquilidad, refugio, consuelo, guía, apoyo en nuestro propio hogar, ¿dónde lo conseguiremos? El mundo no ofrece eso, por el contrario, es ruidoso, estresante, te afana, te excluye, te critica, etc etc etc. Nuestro hogar debe convertirse en un pedazo de cielo en la tierra, está en el mundo pero no debe ser del mundo.
Por lo general, una familia se compone de dos o más miembros de edades diferentes; y ésta debe reunirse, si es posible, no sólo para comer, sino también para orar, para hablar, para escuchar, fortalecer los lazos familiares, aprender y progresar en unión. El presidente Gordon B. Hinckley lo ha dicho muy claramente:
“Mi súplica —y cuánto desearía ser más elocuente para expresarla— es el ruego ferviente de salvar a los niños. Demasiados de ellos viven con dolor y temor, en la soledad y en la desesperación. Los niños necesitan la luz del sol; necesitan felicidad; necesitan amor y cuidado; necesitan bondad, alimento y cariño. Todo hogar, no importa lo que cueste la vivienda que lo cobije, puede proporcionar un ambiente de amor que sea un ambiente de salvación”.
Casi siempre, los miembros de una familia están expuestos a las diversas fuerzas del mundo exterior, así como al potente influjo de la radio, la televisión, los videos y otras influencias similares que introducimos en nuestro hogar.
Imaginemos a una familia, reunida alrededor de una mesa, quizás la de la cocina, hablando del Evangelio, de los discursos de la reunión sacra-mental, comentando artículos de la revista Liahona, mencionando los estudios y los temas relacionados con ellos, hablando de la conferencia general o de las lecciones de la Escuela Dominical; o, quizás, escuchando buena música o hablando de Jesucristo y de Sus enseñanzas. La lista podría ser más larga. Y no sólo los padres, sino todos los miembros de la familia harían bien en asegurarse de que todos los presentes tuvieran la oportunidad de hablar y participar en la conversación.
**La cita de arriba, está aquí también.**
6. Normas en la familia, límites, disciplina, puntualidad, autocontrol.
En este campo no doy muchas ideas ni recomendaciones, porque cada uno de nosotros es quien mejor conoce a su propia familia y sabe qué normas y límites quiere fijar o reforzar en su familia para llevarla hacia el destino que la quiera llevar. Uno puede saber hacia dónde quiere alguien llevar a su familia al ver la calidad de normas, reglas y límites que establece en su hogar, o bueno, así lo veo yo.
Creo que la mayoría de nosotros queremos llevar a nuestra familia completa a la vida eterna, y el camino hacia ese destino está claramente fijado por el Evangelio de Jesucristo. Sin embargo, todas las familias somos diferentes y enfrentamos diferentes desafíos, dificultades y pruebas. Con la revelación personal que se nos ha prometido si somos obedientes, podemos buscar esa guía del Señor, que mejor pueda satisfacer las necesidades de nuestra familia en tiempos difíciles.Y bueno, creo que este tema es muy largo y tocaría tratarlo en otro post, pero creo que me entendieron la idea jaja. La reverencia se fomenta en nuestra familia cuando tenemos normas claras, límites establecidos, enseñamos lo que se debe y no se debe hacer, etc.
Y una cita relacionada con este punto:
Sin embargo, la conducta reverente no es una tendencia natural para la mayoría de los niños; es una cualidad que los padres y los líderes enseñan por medio del ejemplo y de la instrucción. Debemos tener presente que si la reverencia está basada en el amor, también lo está la enseñanza de ésta. El uso de la severidad en nuestra enseñanza no produce reverencia, sino resentimiento. Así que empiecen a temprana edad y tengan expectativas razonables. Un niño pequeño puede aprender a cruzar los brazos y a prepararse para la oración; pero requiere tiempo, paciencia y constancia. Recordemos que no sólo estamos enseñando a los niños su primera lección de reverencia, sino que el niño quizás esté dominando sus primeras lecciones de autodisciplina.**El discurso completo de la cita de arriba, está aquí. (NOTA: por favor leerlo completo cuando puedan, especialmente si tienen hijos.)**
Somos gente amigable y nos queremos los unos a los otros, pero la reverencia aumentará si los tratos sociales y las conversaciones se llevan a cabo en los pasillos, y si la reunión sacramental empieza con el preludio musical y no con la primera oración. Fomentamos la reverencia al sacar del salón sacramental a un niño que llora y buscar un cuarto donde podamos seguir escuchando la reunión hasta que el bebé se calme o el niño inquieto se tranquilice. La reverencia incluye apagar el teléfono celular [móvil] y el BlackBerry. El mandar mensajes de texto o leer correos electrónicos en una reunión de la Iglesia no sólo es irreverente, sino que distrae e indica una falta de respeto hacia los que nos rodean; por lo tanto, damos ejemplos de reverencia al participar de la reunión, al escuchar a los discursantes y al cantar juntos los himnos de Sión.
7. Suficiente tiempo de preparación, especialmente para las reuniones del domingo.
Esta es una recomendación sencilla pero taaaaan efectiva! El poder planear bien nuestra agenda semanal y dominical nos ayuda a estar más tranquilos y menos estresados. Si bien los imprevistos llegan, "si estáis preparados no temeréis" y qué bien se aplica esto cuando se tienen niños pequeños! Los accidentes e imprevistos pueden ser comunes, pero una preparación con tiempo nos ayuda a sortear esos sucesos de último minuto incluso sin llegar a afectar lo planeado inicialmente. Preparación, preparación y preparación.
8. La reverencia inspira la revelación – Pdte Packer.
Una cita que me encanta:
Cuando regresamos a las reuniones dominicales, la música, la vestimenta y el comportamiento deben ser compatibles con el espíritu de adoración. Las salas de entrada de nuestras capillas tienen como fin permitir que la gente se salude y converse como lo hacen los buenos amigos. Pero es imperioso que cuando entremos en la capilla, cada uno de nosotros tenga cuidado con lo que hace, no sea que interfiera con alguien que esté tratando de sentir comunicaciones espirituales delicadas. […] La reverencia a la que nos referimos no significa guardar absoluto silencio. Debemos ser tolerantes con nuestros bebes, y hasta con los niños que a veces tendrán que ser llevados afuera de la capilla para que no perturben la paz, y cabe decir que a menos que se encuentre sentado en el estrado, esta es una tarea que recae sobre el padre.
9. ¡Cantemos himnos! - ¡APRENDAMOS himnos!
Otra cita del mismo discurso anterior del Pdte Packer:
He notado que un número creciente de nuestros líderes y miembros no cantan los himnos de la congregación. Es posible que no los conozcan o que no haya suficientes himnarios. Pero debemos hacer todo lo posible por cantar los himnos de Sión, pues son una parte esencial de nuestra adoración. No debemos ser esquivos a los himnos sagrados de la Restauración. Leed la introducción de la Primera Presidencia en el himnario. El Señor dijo: “Porque mi alma se deleita en el canto del corazón; si, la canción de los justos es una oración para mí, y será contestada con una bendición sobre su cabeza” (D. y C. 25:12). No dejemos que nuestra música sagrada se escape de entre nosotros ni que la música secular la reemplace.**El discurso completo de las dos citas anteriores del Pdte Packer está aquí. (NOTA: Adivinaste! por favor leerlo!)**
10. Participar como familia de las ordenanzas sagradas.
Creo que no hay nada más maravilloso que poder compartir en familia de las ordenanzas sagradas del Evangelio. La ordenanza con la que se inicia la promesa de una familia eterna es el sellamiento en el templo, sea de esposo y esposa o de los padres con los hijos. Es una experiencia simplemente maravillosa.
El poder iniciar nuestra familia habiendo sido sellados Carlos y yo en el templo, nos hace sentir un profundo agradecimiento al Señor por tan incomparable bendición. El tener un certificado de sellamiento y una foto de ese día en el templo nos recuerda que ese es el camino que elegimos para nuestra familia y hacia allá es donde debemos llevarla completa de regreso a nuestro hogar celestial. ¿Cómo no ser reverente al recordar ese sagrado momento?
Además de esa ordenanza del Sacerdocio, el camino hacia la vida eterna está llena de otras ordenanzas que ya vivimos y muchas que nos faltan por vivir ahora con nuestros hijos.
Siguiendo la línea de tiempo, Carlos tuvo el privilegio de bendecir a nuestro hijo RS cuando estaba recién nacido. Así podrá hacerlo con su hermano que viene en camino y con su(s) otro(s) hermano(s). Luego ellos cumplirán 8 años y nuevamente Carlos los sostendrá con sus brazos al entrar a la pila bautismal y ellos podrán hacer sus primeros convenios con Nuestro Padre Celestial. Al cumplir 12 años, mis dos hijos varones recibirán de manos de su papá el Sacerdocio Aarónico, y cuando cumplan 18, el Sacerdocio de Melquisedec. ¿Cómo no ser reverente al poder presenciar esos sagrados momentos en familia?
Poco después ellos irán al templo a recibir sus investiduras y nosotros estaremos allí con ellos, para verlos hacer más convenios sagrados con el Señor, en Su casa. Y también al poco tiempo deberán ir a la misión y estaremos en el momento en que sean apartados como misioneros por su presidente de estaca. ¿Cómo no ser reverente al pensar en que podremos vivir esos sagrados momentos en familia?
Tiempo después ellos habrán encontrado una compañera eterna y estaremos nuevamente allí, con ellos, en la Casa del Señor, listos para añadir a la lista de ordenanzas familiares una fecha más que será inolvidable para ellos y para nosotros y que darán inicio a un nuevo ciclo de ordenanzas, que en las familias eternas se repite y se repite por generaciones. "A esto aspiramos" <3
Pero aún me falta otra ordenanza que se vive constantemente en el camino: la Santa Cena, y es aquella que al ser efectuada semanalmente con dignidad y reverencia, nos ayuda a permanecer en el camino hacia llegar a ser una familia eterna. Es tal vez la más importante, porque sin ella, las otras muy difícilmente pueden realizarse. Es por esto que digo que el estar allí, presentes y participando de ordenanzas sagradas en el camino nos ayuda a fomentar y aprender sobre reverencia en nuestra familia. Recordaremos siempre esos momentos claves de nuestra vida ya que serán los que nos traigan la mayor felicidad y gozo.
Y bueno, faltan las recomendaciones que encontré para los padres de niños pequeños en la capilla, pero será parte de la charla :D (o tal vez lo ponga en otra entrada).
Espero que podamos practicar los consejos de los profetas citados en este post y que la reverencia pueda ser parte de nuestro carácter. Comentarios? Preguntas? Me cuentan! ;)
Gracias por leer hasta el final, quedó muy largo! jaja
Alejandra
2 comentarios:
Siii hay comentarios..¿Cómo así que faltan las recomendaciones que encontré para los padres de niños pequeños en la capilla?, esas son las que necesito con más urgenciaaaaa :P...EXIJO jejejeje que las publiques lo mas pronto que puedas ;) Pliiiis...De resto ME ENCANTO el largoooo post! :D
Bueno Sra Ortiz, está bieeeeen, hoy cuelgo lo que falta :D no es muy prudente dejar a una sra embarazada esperando jajaja yo sé qué es eso! ;D y me alegra que te haya gustado!
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