Hace una semanas atrás estuve en una capacitación que nos dieron un par de psicólogas para ayudarnos a tratar a las víctimas al momento de tener un contacto personal con ellos, debido a que los grupos de víctimas son heterogéneos en temas culturales, sociales y cada una de ellas han tenido que pasar por hechos victimizantes muy diferentes y es muy sensible tener que reparar administrativamente, osea, un monto económico, a los familiares de víctimas que han sido muertas o desaparecidas de una manera atroz. De hecho, toda mi familia que es de origen santandereano ha sido víctimadel conflicto armado. Ellas nos capacitaron en cuanto a como tratar, hablar y hacer que ese momento difícil de recordar pueda ser una experiencia diferente tanto para ellos y nosotros como funcionarios. Dentro de lo que nos enseñaron hubo algo que me gustó mucho y que ahora podría ser un tema muy interesante además que hoy domingo en las reuniones de la iglesia pude ver que es así.
Tal cual lo escribí como título, una parte importante dentro de lo que corresponde a reparar consiste en estar ahí. Cuando las personas se nos acercan a preguntar o ellas están pasando por alguna situación que no conocemos, con el hecho de escucharlos para ellos es muy significativo, pero no siempre el escuchar a una persona significa que estemos prestando toda la atención. Cuando escuchamos los problemas de los demás a veces divagamos y hay instantes donde nos perdemos de la comunicación.
¿Estas ahí? ¿Cuantas veces nos han preguntado o hemos hecho esa pregunta? Ahora que existen los teléfonos inteligentes y todo los aparatos inteligentes las conversaciones han disminuido mucho entre las personas o el contacto personal, también se ha ido distanciando gracias a estos aparatos. Creo haber leído algunos artículos en cuanto a los problemas que han surgido por este tipo de hechos, recuerdo que en un diario de circulación nacional publicaron que debido a la aplicación muy popular en todo el mundo llamada whatsapp se generaron 26 millones de separaciones de parejas. Creíble o no la cifra no creo que esté lejos de la realidad. ¿Estas ahí? Es una pregunta que nos hacemos tal vez cuando necesitamos hablar y ser escuchados.
¿Pero qué experiencias en las escrituras nos hablan de esta pregunta y qué podemos aprender sobre esto? Antes de empezar quiero que hagamos el ejercicio de contemplar las diferentes situaciones cotidianas y evaluemos si realmente ante cualquier circunstancia diaria estamos ahí, sobre todo con las personas que más amamos.
PRIMERA EXPERIENCIA ANTIGUO TESTAMENTO
Jeremías 20:9-10
9 Y dije: No me acordaré más de él ni hablaré más en su nombre; pero fue en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; me esforcé por contenerlo, pero no pude.
10 Porque oí las difamaciones de muchos: ¡Terror por todas partes! ¡Denunciadle, denunciémosle! Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se persuada, decían, y prevaleceremos contra él y tomaremos de él venganza.
SEGUNDA EXPERIENCIA NUEVO TESTAMENTO
Mateo 27: 45-47
45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena.
46 Y cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ¡Elí, Elí!, ¿lama sabactani? Esto es: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has desamparado?
47 Y algunos de los que estaban allí, al oírle, decían: A Elías llama éste.
TERCERA EXPERIENCIA EL LIBRO DE MORMON
Enós: 2-4
2 y os diré de la lucha que tuve ante Dios, antes de recibir la remisión de mis pecados.
3 He aquí, salí a cazar bestias en los bosques; y las palabras que frecuentemente había oído a mi padre hablar, en cuanto a la vida eterna y el gozo de los santos, penetraron mi corazón profundamente.
CUARTA EXPERIENCIA DOCTRINA Y CONVENIOS
DyC 122: 5-7
5 Si te es requerido pasar tribulaciones; si te encuentras en peligro entre hermanos falsos; si estás en peligro entre ladrones; si peligras en tierra o mar;
6 si se te acusa con todo género de acusaciones falsas; si te acometen tus enemigos; si te apartan del lado de tu padre y madre, hermanos y hermanas; si con la espada desenvainada tus enemigos te arrebatan del seno de tu esposa y de tu familia, y tu hijo mayor, que sólo tiene seis años de edad, se prende de tu ropa, diciendo: Padre mío, padre mío, ¿por qué no puedes quedarte con nosotros? Padre mío, ¿qué van a hacer contigo estos hombres?; y si entonces lo echan de tu lado a fuerza de espada, y te arrastran a la cárcel, y tus enemigos te rodean como lobos que buscan la sangre del cordero;
7 si eres echado en el foso o en manos de homicidas, y eres condenado a muerte; si eres arrojado al abismo; si las bravas olas conspiran contra ti; si el viento huracanado se hace tu enemigo; si los cielos se ennegrecen y todos los elementos se combinan para obstruir la vía; y sobre todo, si las puertas mismas del infierno se abren de par en par para tragarte, entiende, hijo mío, que todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien.
Estas cuatro escrituras tuvieron personajes diferentes, épocas diferentes, naciones diferentes, pero siempre sus oraciones fueron contestadas y ahora en nuestros días podemos decir que el Señor también nos escucha y nos contesta. No podría decir yo que la respuesta ha llegado de forma inmediata, para algunas cosas si han llegado pero para otras ha tardado lo justo, por lo que he entendido que el Nuestro Padre Celestial no se queda con la fe de nosotros sus hijos. ¿Estás ahí? esa ha sido una pregunta que para estos tiempos muchas personas se hacen. Nos encontramos a diario en nuestro país con noticias poco alentadoras, en donde trabajo siempre las noticias no son tan alentadoras pero llegan de vez en cuando, por lo que las personas mirando el panorama que muestran los periódicos, la Internet, la radio y todas las fuentes de comunicación que existen hoy se podrían preguntar si Dios está aun ahí.
Y las respuesta es que si:
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. (Colosenses 4:2)
Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateo 21:22)
Por tanto, os digo que todo lo que pidáis en oración, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24)
Todo lo que dicen los Profetas es que tenemos un Padre que nos ama, que vela por nosotros y que siempre esta ahí porque lo necesitamos y Él sabe que dentro del plan que preparó para nosotros, sabía que tendría hijos que preguntarían alguna vez: ¿ESTAS AHÍ?
REFLEXIÓN:
1. Para las personas a las que amamos y con las que están siempre a nuestro alrededor ¿estamos ahí?
2. ¿Estás ahí, para ti mismo?
Carlos. ¿estas ahí?
Estas cuatro escrituras tuvieron personajes diferentes, épocas diferentes, naciones diferentes, pero siempre sus oraciones fueron contestadas y ahora en nuestros días podemos decir que el Señor también nos escucha y nos contesta. No podría decir yo que la respuesta ha llegado de forma inmediata, para algunas cosas si han llegado pero para otras ha tardado lo justo, por lo que he entendido que el Nuestro Padre Celestial no se queda con la fe de nosotros sus hijos. ¿Estás ahí? esa ha sido una pregunta que para estos tiempos muchas personas se hacen. Nos encontramos a diario en nuestro país con noticias poco alentadoras, en donde trabajo siempre las noticias no son tan alentadoras pero llegan de vez en cuando, por lo que las personas mirando el panorama que muestran los periódicos, la Internet, la radio y todas las fuentes de comunicación que existen hoy se podrían preguntar si Dios está aun ahí.
Y las respuesta es que si:
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias. (Colosenses 4:2)
Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis. (Mateo 21:22)
Por tanto, os digo que todo lo que pidáis en oración, creed que lo recibiréis, y os vendrá. (Marcos 11:24)
Todo lo que dicen los Profetas es que tenemos un Padre que nos ama, que vela por nosotros y que siempre esta ahí porque lo necesitamos y Él sabe que dentro del plan que preparó para nosotros, sabía que tendría hijos que preguntarían alguna vez: ¿ESTAS AHÍ?
REFLEXIÓN:
1. Para las personas a las que amamos y con las que están siempre a nuestro alrededor ¿estamos ahí?
2. ¿Estás ahí, para ti mismo?
Carlos. ¿estas ahí?
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